Como cada mañana me he levantado y me he puesto en marcha un día más con el objetivo de hacer todo lo que está en mis manos de forma autónoma intentando no pedir más ayuda de la necesaria. Después de desayunar, ducharme y vestirme sola he hecho algunas de las tareas domésticas que están dentro de mis posibilidades como pensar la comida, recoger el desayuno o poner la mesa. Antes hice los estiramientos y cuando terminé mis tareas estuve navegando por internet para seguir aprendiendo de personas que me aportan ideas para aprovechar todas mis capacidades y hacerme cargo de mi misma. He aprendido que sanar es mirarse por dentro a uno mismo para encontrar lo que llevamos en nuestro corazón y que las grandes renuncias siempre traen grandes bendiciones.