Hoy lunes he tenido la primera sesión de rehabilitación de la semana y Carolina, mi fisioterapeuta, me ha felicitado por la destreza con la que realicé los ejercicios. Después de comer noté que estaba resfriada, no paraba de estornudar, pero sabía que tomar el aire me beneficiaria por lo que fui hasta el parque como cualquier otro día para poner en práctica el caminar sin el apoyo del bastón de treckin, que lo llevaba en la mano pero sin tocar el suelo. Cuando regresé a casa me hice unos vahos de agua hirviendo para desatascar las vias respiratorias y aunque todavía sigo moqueando un poco, me he comprometido a que esta calamidad pasajera no perjudique mi estado de ánimo.