Nos quejamos una y otra vez de todo lo que nos sale mal sin pararnos a pensar nuestra parte de responsabilidad. Somos muy dados a culpar a otros de nuestros males, a mi me pasa a veces , pero casi siempre es cuando actúo de forma impulsiva. Cuando me calmo y pienso con claridad resulta que estaba equivocada y ya soy capaz de reconocer mi error , algo que antes me costaba bastante. Los míos lo saben porque ha ocurrido no pocas veces…y me dan otra oportunidad . Sí , aprovechémoslas porque puede llegar el día en que se acaben y entonces nos lamentaremos .