Llevo dos días saliendo de mi zona de confort y he notado un pequeño avance pues ya no me cuesta tanto estar en un lugar desconocido. Ayer fui a un taller de pintura porque lo dirigia mi hija Blanca que quería probar qué tal funcionaba y además de ella también fueron mis hijas Cris con su novio y algunas personas más. Una de las cosas que me animó a ir fue algo que me dijo mi psicóloga en los primeros tiempos de la enfermedad; recordé que me habló sobre la actividad del dibujo y de lo beneficios que tenía para mejorar mi dañada orientación espacial. Darwin dijo que no es la especie más fuerte ni la más inteligente la que sobrevive sino la que se adapta al cambio y estoy convencida que mi buen Dios está detrás de todo esto pues hoy por la tarde salí con mi amiga Maribel a caminar a la Graña y a tomar un té con hielo (fuera de mi zona de confort) y a pesar de las dificultades vi mi independencia más cercana.