Además de estar satisfecha con la sesión de rehabilitación en la que lo he dado todo para notar sus beneficios en mi cuerpo, hoy siento algo especial en mi alma porque esta mañana en nuestro momento de intimidad, Jesús me habla de los enfermos y al comprobar como los trata, como me trata, me siento muy identificada, me siento amada, me siento curada.