Hoy he tenido la segunda sesión de rehabilitación de la semana en la que todos los ejercicios me salieron fenomenal y sentí que los realicé con menos esfuerzo. Por la tarde no me apetecía mucho salir ni tampoco hacer lo ejercicios de memoria y los de inglés por lo que estuve navegando por internet donde encontré un artículo que me motivó bastante y que invitaba a reflexionar. El autor del texto afirmaba que a veces se necesita una experiencia dolorosa para que cambiemos nuestros caminos y pensé en todo aquello que debería cambiar. Puedo asegurar que cuando experimentamos una pérdida, en mi caso la independencia, es también una oportunidad para crecer en nuestro carácter. No siempre podemos controlar el dolor que tenemos pero sí podemos decidir si nos amargarà o nos hará mejorar. Yo elijo mejorar porque incluso en el dolor Dios está trabajando para nuestro bien.