Ayer celebré la eucaristía en otra parroquia con un grupo de la Renovación carismática fuera de mi zona de confort pero como iba acompañada de mi amiga María, que a pesar de ser la organizadora estuvo pendiente de mi en todo momento, me propuse hacer el esfuerzo y me compensó. Al tener la mañana del domingo libre tuve el tiempo necesario para hacer una larga caminata aprovechando que estaba el cielo despejado ya que sabía que la temperatura bajaría unos cuantos grados por la tarde y no iba a salir de casa. No hice los estiramientos antes de salir porque percibí las prisas de mi personal trainer y no quería hacerle esperar porque eso estropearía el día del Señor a pesar de saber que si nuestros errores fueran gotas de agua, el océano sería la misericordia de Dios.