Hoy no hemos comido en casa, mi personal trainer invitó a nuestras hijas Blanca y Loreto a comer en «El Oliva» y al no tener que ayudar en la cocina me tomé la mañana con mucha calma. Hice los estiramientos tranquilamente y dejé los ejercicios de memoria para la tarde, pero como vinieron Cris y Félix a merendar me los salté porque me apetecía mucho más disfrutar de su compañía, descansando también del entrenamiento físico. Lo que no dejé de hacer fue pasar un rato en intimidad con Jesús porque no sólo no me supone ningún esfuerzo sino que para mi es un momento de descanso mental en el que renunció a hacer y decido estar.