Hoy he ido por primera vez en este recién estrenado verano a darme un baño a la playa de Seselle y aunque el agua estaba bastante fría me sentí muy bien porque he notado un avance con respecto al año pasado. Es una realidad que las variaciones en esta enfermedad son pequeñas, pero mientras perciba algún cambio en mi cuerpo nunca admitiré el pesimismo. Además creo que esa tendencia a ver las cosas en su aspecto más negativo no es compatible con mi fe, por lo que no dejaré de contar mis avances.