NO PODEMOS EVITAR CÓMO NOS SENTIMOS…

Esta mañana me levanté con la intención de ir a celebrar la Eucaristía pero no me dio tiempo y decidí bajar a la calle yo sola mientras esperaba la comida que habíamos encargado. Me fui a dar una vuelta a la manzana aprovechando que ya estaba vestida y calzada pero no sé porqué no me sentía muy segura a pesar de haber recorrido ese mismo trayecto el día anterior y de que las aceras estaban recién asfaltadas, algo que se supone me facilitaba el recorrido. No podemos evitar cómo nos sentimos pero sí decidir cómo lo afrontamos y me pregunté porqué no estaba alegre y cómo quería vivir el día del Señor, porque las emociones hay que sentirlas, hay que gestionarlas y después vivirlas para no meter la pata. Quizás estaba algo frustrada por sentirme insegura, pero esta enfermedad es lo que tiene; unos días te encuentras a tope y otros muy frágil: es lo que hay. Por la tarde tampoco hice el entrenamiento porque según mi personal trainer es bueno descansar un día, aunque en realidad a ninguno de los dos nos apetecía mucho hacerlo, pero bajamos a nuestro perro, estiré las piernas y regresé a casa contenta porque a pesar de mis sensaciones no viví el día como a mi me parecía sino movida por el Amor.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s