Acabo de llegar de hacer mi entrenamiento en «La casa del mar» en una tarde especialmente calurosa pero que corría una pequeña brisa que refrescaba el aire. Superé de nuevo mi límite de una hora entrenando a una hora y media y al llegar a casa no estaba demasiado cansada y eso me sorprendió porque la mayoría de las veces que llegaba de un entrenamiento como el de esta tarde terminaba echa polvo. Pienso muchas veces en los enfermos que como yo han sufrido un ictus y están viviendo los primeros momentos de la enfermedad y me gustaría decirles que la senda del éxito y del fracaso es la misma, la diferencia es el nivel de compromiso y es que para todo hace falta un proceso.