Hoy he tenido por la mañana la primera sesión de rehabilitación de la semana y he cambiado la del jueves para el viernes porque nos han invitado a una boda y prefiero recibir la sesión ese día para sentirme más cómoda con mi cuerpo ya que lo voy a necesitar para poder moverme mejor y sentirme más segura. Por la tarde fuimos a Coruña para inyectarme la toxina botulínica, el medicamento que relaja mis músculos dañados durante un tiempo y que a algunos fisioterapeutas no les convence demasiado pero a mi sí. A estas alturas de la enfermedad ya voy teniendo bastante claro qué es lo que más me conviene, conozco cómo responde mi cuerpo y actúo en consecuencia.