Esta mañana me he despertado con un ligero dolor en la rodilla izquierda que sospecho ha sido causado porque ayer aumenté la distancia que recorro cada día e hice hiperextensión. De todas maneras no quise que me influyera en mi estado de ánimo y me puse a hacer los estiramientos como cada día e hice también un ejercicio que me enseñó Carolina, mi fisioterapeuta, para aliviar la molestia. pero lo que más me ayudó a mantenerme animada fueron las palabras que hoy me dijo Jesús en nuestro momento de intimidad: que nosotros, sus seguidores, teníamos que ser luz entre los hombres. Estas palabras fueron suficientes para mantener a buen nivel mi estado emocional. Por la tarde decidí no salir a hacer la caminata para que se relajase la rodilla y disminuyera el malestar y recibí la visita de mi amiga Maribel. Merendamos, charlamos y como es una persona un tanto desconfiada le convencí de que todo es bueno si sabemos verlo desde el corazón.