Esta mañana me preparé haciendo unos estiramientos antes de ir a la tienda sin el bastón de treckin, una tarea que ya la hago con gusto porque la he repetido unas cuantas veces y he aprendido a gestionar la energía para realizarlo con calma. Ésto no significa que no me requiera esfuerzo, ni de coña!! pero es una realidad que si trabajamos cada día el cuerpo va dando respuestas, el cuerpo cambia. Hoy quiero enviar mucho ánimo a todos los enfermos como yo para que no dejen nunca de luchar, para que no se olviden que en los momentos más duros pueden compartir el peso de su enfermedad con Jesús. Yo lo hago cada día para cargarme las pilas.