Esta mañana me he preparado para comenzar bien el día haciendo bastantes estiramientos, pues no tenía intención de salir y me propuse hacer algunos más de los que hago habitualmente. Después hice los ejercicios de memoria y por la tarde en un principio no pensaba ir a hacer la caminata, pero mi personal trainer me propuso acompañarme y salimos a dar una pequeña vuelta a pesar de que el viento y el frío invitaban a quedarse en casa. Mientras luchaba contra los elementos fui consciente de que a mi cuerpo no le costaba demasiado esfuerzo y me alegró el día. Es posible que cuando uno está bien, el mundo está a su favor y nada de lo que hay fuera le parece terrible. El mensaje de Jesús va calando en mi corazón, algo que se ha cocido a fuego lento, exactamente igual que el camino hacia mi independencia, pero la paz puede llegar antes si hemos hecho nuestro camino interior.