Ayer me avisó Carolina, mi fisioterapeuta, que hoy lunes no podía venir a Ferrol a hacerme la rehabilitación por una avería en el coche y aproveché la mañana, después de hacer unos estiramientos, para hacer la caminata hasta el parque con la esperanza de que el movimiento impidiese la subida de espasticidad y también para soltar energía negativa que tenía acumulada porque estaba algo resentida por el desencuentro que tuve ayer con mi personal trainer. Es fabuloso poder salir sola, tener esa mediana independencia que me permite pasar un rato conmigo misma después de haber estado primero en intimidad con Jesús y repasar su mensaje porque hoy me sentía vulnerable y tuve que hacer una mirada interior y agarrarme a la tabla de la fe para sobrevivir a un posible naufragio emocional.