Esta mañana amaneció el día totalmente despejado y después de hacer los estiramientos y los ejercicios de memoria me animé a dar una pequeña vuelta por el barrio para sentir la caricia del sol que a pesar de ser del mes de Diciembre calentaba lo suficiente para apaciguar el frio y con ello rebajar la espasticidad que disminuye algo con el movimiento. A primera hora de la tarde mi personal trainer me propuso acercarnos hasta la playa de Doniños, pero como a pesar de haber tenido ayer rehabilitación sentía bastante espasticidad y el viaje en coche me la aumenta, le convencí para ir a la Cabana porque la distancia es más corta. La idea era no dormir la siesta después de comer para aprovechar el sol de primera hora de la tarde y tomarme un café en una de las terrazas para evitar que me entrara el sueño. Todavía me cuesta un poco cambiar mi rutina pero hoy lo he hecho y estoy contenta de haberlo intentando y conseguido sin demasiado esfuerzo, preparándome con ello para la entrada del invierno al que temo un poco porque el frio propio de esta estación aumenta la rigidez de mis músculos dañados por el derrame cerebral. No quiero retrasar mi camino hacia la independencia, no consentiré que el frio de esta estación me paralice, cambiaré mi rutina si es necesario, pero nada me impedirá seguir avanzando.