AUNQUE SÉ LO QUE DEBO HACER NO SIEMPRE LO HAGO

Hoy por la mañana me fui con mi hija Blanca al puerto donde me encontré con algunos amigos y pasé un buen rato a pesar de la espasticidad que tenía en mi cuerpo por la falta de rehabilitación, Cuando regresamos a casa mi personal trainer se enfadó porque se había fastidiado una persiana y me culpó de ello a mi argumentando que la subí de más. Yo me defendí y le aseguré que desde que un día me lo advirtió no la volví a subir a tope, pero él no me creyó y comenzó a gritar. Yo no me limité a callarme y dejar que se calmara sino que le reprendí por lo desproporcionado de su enfado. Lo que había ocurrido era una circunstancia a resolver y él estaba actuando como si fuera un drama. Me había propuesto pasar este adviento preparándome para recibir a Jesús y aunque sé cómo tenía que comportarme no lo hice porque dejé que mi ira superase a mi compasión. En estos momentos el cabreado se fue a caminar y mi hija Blanca adornó la casa para que huela a Navidad y eso me invita a vivir este momento con la esperanza de que todo pasará y que mañana será otro día en el que haré todo lo que esté en mis manos para que sea mucho mejor que el de hoy, para que vuelva la calma a mi hogar, regrese la esperanza y pueda compensar la marejada de hoy , pues no estoy dispuesta a que un mal rato me impida celebrar con alegría todo lo bueno que está a punto de pasar.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s