ME QUITÓ PERO NO ME ABANDONÓ

Hoy lunes los resultados de la sesión de rehabilitación han sido espectaculares, algo que nunca deja de sorprenderme. Es posible que no todos los enfermos como yo puedan permitirse pagar una fisioterapeuta privada (treinta euros cada sesión de una hora y media) pero aquellos que sí pueden no deberían prescindir de ella por pereza, por el esfuerzo que suponen algunos de los ejercicios o por cualquier otra razón. Yo sé lo afortunada que soy por podermelo permitir y siento la necesidad de darle gracias a Dios, porque Él me quitó pero no me abandonó, Él me devolvió las ganas de vivir porque casi todo lo que le pedí me lo concedió y lo que no me lo tendré que currar yo.

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