La serenidad es aceptar las cosas tal como son y no como nos gustaría que fueran. Es frustrante cuando caemos en los mismos errores una y otra vez, pero yo he decidido seguir trabajando mi carácter y lo haré las veces que sean necesarias. No me rendiré, sé que sufriré, sé que haré sufrir, pero eso no me va a frenar porque lo que hice mal en un momento dado no va a determinar todo lo bueno que puedo seguir haciendo si me lo propongo con determinación y con la ayuda de mi Dios. Voy a intentar por todos los medios a mi alcance conseguir mi independencia física pero esa no es mi principal ambición, aunque sí la primera. Soy una persona optimista, que no significa que no me queje, sino que me pregunto qué puedo hacer para mejorar y haré todo lo posible para conseguirlo.