En estos momentos estoy sola en casa esperando a que vengan mis cuidadores de la playa. He tenido la sesión de rehabilitación y además de sentir que mi cuerpo está más relajado me he podido desahogar con Carolina, mi fisioterapeuta, porque cuando me desperté por la mañana y me estaba preparando el desayuno no me funcionó el encendedor de la cocina y reaccioné de forma automática dejándome llevar por mi mal genio. Ahora que estoy más tranquila llevaré a cabo lo que hoy me propone mi Maestro que me pide que tenga una atención constante en cada acción que haga para no perjudicar a los demás ni a mí misma.