NO NOS CONTENTEMOS CON UNA VIDA MEDIOCRE

Esta mañana de domingo no he madrugado lo suficiente para ir a celebrar la eucaristía como me he comprometido: sin prisas, sin agobios, confiando en que puedo dedicarle el día a mi buen Dios obrando de la mejor manera, con la seguridad de que eso es lo que espera de mi, porque nuestro Padre del cielo y de la Tierra no puede violentar nuestra naturaleza ya que actúa siempre conforme a ella. Me dispuse a seguir las órdenes de mi personal trainer y me preparé para ir a nuestro gimnasio privado en la Malata y continuar nuestro particular entrenamiento. Como ayer salimos por la noche con unos amigos y estaba algo cansada, le dije que por la tarde no quería seguir entrenando y le animé a irse a dar una vuelta en moto. Sé donde están mis límites físicos e intento seguir las pautas de mi fisioterapeuta que me invita a descansar cuando sienta algún dolor como es el caso hoy que noto una tensión en la parte interna del muslo de mi pierna hemiplejica. No quiero conformarme con llevar una vida mediocre porque Jesús me pide una forma de vivir equiparable a lo que me enseña en cada uno de nuestros momentos de intimidad en los que me anima a valorarme tal como me valora Él.

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s