Después de terminar la sesión de rehabilitación me siento preparada para convertir lo ordinario que voy a hacer este día en algo extraordinario. Cada jueves voy con mis hijas a ver a mi madre y jugar una partida de mus con ella ya que le entretiene bastante porque es una mujer que siempre le ha gustado jugar a naipes. El hecho de saber que a pesar de mi dependencia puedo alegrarle la vida a una persona me hace feliz porque estar para los demás llena de satisfacción mucho más que vivir solo para uno mismo.