Una nueva semana que comienzo con muchas ganas de seguir aprovechando la buena racha por la que estoy pasando. Después de una sesión de rehabilitación que me dejó los músculos relajados, por la tarde antes de merendar fui con mi personal trainer caminando hasta el parque «Reina Sofía»sin apoyo, es decir sin el palo de treckin, algo que ya se está convirtiendo en algo habitual. Durante el trayecto intenté mejorar el paso levantando la cadera y concentràndome en flexionar la rodilla, y aunque lo conseguí unas cuantas veces, es una tarea que requiere mucha concentración. No sé lo que tardaré, pero confío en la plasticidad neuronal y todo llegará, lo sé porque Jesús va colocando las piezas de nuestra vida con infinita paciencia, aunque a veces creamos que la realidad ha de adaptarse a nuestras expectativas