Esta mañana el buen tiempo nos ha permitido salir a caminar por el puerto, pero antes de salir hice los estiramientos y los ejercicios de memoria y después de comer y dormir una pequeña siesta hice el ejercicio de flexionar la rodilla arrastrando la tela que me trajo Carolina, mi fisioterapeuta, que todavía me cuesta dominar. Como cada día estuve pasando un rato en intimidad con Jesús. Hoy la gente de su tiempo le preguntaba a cerca del cielo, un lugar prometido por Dios que Jesús les invitaba a comenzar a construir aquí esa vida que nos espera en la eternidad, algo que podemos conseguir aprendiendo a amar más y mejor porque todo comienza aquí.