La esperanza es un estado de fe y ánimo basado en las expectativas de resultados favorables pero nuestra esperanza tiene que ir acompañada de nuestras acciones porque de ellas en parte dependerán los resultados. Acabo de llegar de hacer un recado y al llegar a casa me pareció que estaba demasiado cansada para el trayecto que había recorrido. No todos los días tenemos la misma cantidad de energía y en cuanto a los enfermos como yo no todo depende de nuestra potencia y vigor ya que la espasticidad a veces nos obliga a bajar el ritmo aunque no estemos demasiado cansados, sino que simplemente nuestra pierna dañada no rinde más. Sé que tengo una buena genética a pesar de lo que me ha pasado y según dijeron los médicos eso me salvó la vida cuando me dio el derrame cerebral, pero estos dones recibidos que son un regalo personal de Dios, si queremos verlos crecer a lo largo de nuestra vida, necesitan de nuestra parte una respuesta generosa y una esperanza activa.