Acabo de llegar de dar una caminata para no perder el ritmo y seguir avanzando físicamente. Durante el paseo Alberto y yo tuvimos una pequeña discordia sobre cómo llevábamos cada uno de los dos el momento actual: yo mi enfermedad y él su papel de cuidador y aunque me pareció que ninguno de los dos aceptaba lo que decía el otro, yo necesitaba sincerarme para que en nuestra relación queden las cosas claras, algo que no hago del todo bien. Casualmente hoy Jesús me hablaba del matrimonio en nuestro momento de intimidad y me invitaba a vivir el amor que no condena sino que respeta y genera vida en un mundo de discordias y desamor.