Esta mañana he ido a la peluquería para cortarme el pelo, que desde el principio del confinamiento no había ido y como con una sola mano es difícil peinarse tengo que llevarlo bastante corto. Ir a la peluquería supone salir de mi zona de confort y soportar algunas incomodidades que eso me supone, pero no puedo por ello dejar de hacer por mucho que me cueste porque si es así no avanzaré. Quiero dejar claro que todo lo que hago y todo lo que escribo tiene una intención: transmitir a todos los enfermos como yo y a quien por alguna razón está pasando por un momento duro y que están haciendo todo lo posible para mejorar, que confíen en que Dios lo sabe, Dios lo ve y que no tienen la necesidad de demostrar nada a nadie más que a Él