Estamos en una época del año en la que algunos de nosotros vivimos en actitud de espera con la alegría que supone para un creyente saber que falta poco para recibir de nuevo un año más la llegada del Niño Dios. Este acontecimiento me anima a poner en marcha lo que está de mi parte para mejorar mi relación con los que me rodean y por eso esta mañana saqué mi mejor versión de hija cuando vino mi anciana madre a visitarme y por la tarde me puse a cocinar para adelantar la comida de mañana sacando mi mejor versión de madre. Me ha requerido cierta dificultad aunque estoy segura que me habría costado mucho más o ni siquiera habría hecho el esfuerzo si no hubiera recordado que el Adviento es tiempo de una esperanza activa y además no soy yo la única que espera , sé que Jesus también espera de mi.