Esta mañana de sábado nos hemos tomado el aperitivo en el bar que esta debajo de casa por lo que no fui a caminar por la mañana pero por la tarde Alberto y yo salimos con nuestro perro y lo que en un principio me parecía un trayecto corto se multiplicó al querer cumplir las órdenes de mi fisioterapeuta e ir doblando la rodilla en cada paso que daba añadiendo con ello un esfuerzo mental. No os imagináis lo cansada que llegué a casa pero tenia pendiente algo más que hacer. Hoy cumple años mi hija Blanca y quería regalarle algo y me puse a escribir una poesía para sorprenderla, añadiendo más cansancio por el trabajo mental que me supuso y a estas horas estoy echando papas preguntándome cuándo llegará el dia en el que recogerré el fruto.