Esta mañana los pinchazos en el pie izquierdo me estaban haciendo pasar un mal momento pero he sido capaz de pararme unos instantes a pensar como podía minimizar el dolor antes de entrar en la ducha recordando las recomendaciones de mi fisioterapeuta. Antes de empezar Alberto me relajó un poco los dedos y aunque el dolor no cesó del todo decidí manejar la situación con las herramientas de las que dispongo. En primer lugar tomé conciencia de lo que estaba haciendo para que no se me escapase una mala contestación a mi personal trainer ya que el hombre estaba haciendo todo lo posible para ayudarme y yo tenía que responder con amabilidad. También recordé cómo hoy Jesús me invita al vivir después de pasar un rato en intimidad con Él, y me invita a vivir cada momento agradando a Dios.