Esta mañana he preparado unas lentejas con ayuda de mi hija Blanca que cortó las verduras, el resto lo elaboré yo, un hecho que no tiene gran trascendencia pero que al contrario de otras veces que las he hecho hoy hubo algo que ha marcado la diferencia, porque mientras las cocinaba estaba siendo consciente del valor que suponia poder hacer lo que estaba haciendo. Cuando soy capaz de valorar lo que tengo y lo disfruto no necesito nada más.