A pesar de que el día está lluvioso, Alberto y yo hemos ido a la Malata con nuestro perro «chito» a estirar un poco las piernas, pues aunque el dolor en la parte lumbar no ha cedido del todo estoy mucho mejor. También he hecho los ejercicios del brazo y posteriormente Alberto me relajó los dedos de la mano izquierda como le indicó Carolina, mi fisioterapeuta. Es necesario trabajar cada día, también descansar, pero lo más importante es que lo hagamos con mucho amor y en mi caso con agradecimiento hacia mi personal trainer porque sin él no lo podría hacer.