Esta mañana no hemos ido a caminar por eso he tenido más tiempo del habitual para navegar por Internet, aunque antes de esto he cocinado un pollo, algo que hice con mucha seguridad por el efecto de la toxina botulímica. Estar enferma tiene sus ventajas pues me permite centrarme en el momento tan especial en que vivimos con la alegría que eso conlleva y poder alejarme del ruido mundanal que nos envuelve.