A veces me cuesta pedir ayuda cuando soy incapaz de hacer una tarea bimanual en la que es imprescindible utilizar las dos manos, o cuando algo me requiere un esfuerzo extraordinario y no estoy dispuesta a asumir ese trabajo porque estoy cansada.He reflexionado mucho en esto, porque la verdad es que mis cuidadores siempre están a mi disposición siempre que les pida lo que necesite con la humildad que ello requiere.