Mientras espero a que Alberto salga de la ducha hago un recorrido por las redes sociales y me pregunto si las personas dedican un tiempo de reflexión antes de sentenciar lo mal que lo hacen los otros. Es perfectamente legal dar nuestra opinión de lo que está pasando en el mundo, claro que sí, pero antes de condenar a alguien, ¡cuidado! porque el mayor adversario puedes ser tú mismo.