Esta mañana tuve la primera sesión con mi nueva fisioterapeuta, Carolina, y aunque los ejercicios son los mismos que le indicó Alba, noto la diferencia. No quiero decir con esto que lo haga peor, para nada, pero sé que tengo que ir adaptándome a ella como lo hice en su día con Alba. Si hay algo que tengo que destacar de Carolina es que tiene ese don que para mí tienen los buenos fisioterapeutas, una paciencia infinita y además un interés por el trabajo bien hecho, algo que me invita a creer que Dios la ha puesto en mi camino.