Ayer por la tarde Alberto me llevó a hacer una caminata de las que te dejan reventada pero al llegar a casa,aunque cansada ,sentí que ya soy capaz de aumentar de forma considerable la distancia recorrida.Subimos una cuesta bastante inclinada,pero como Alberto me va distrayendo con su conversación ,el trayecto se me hizo más llevadero.Estoy segura que esto es lo que Dios me pide cada día, que ponga todo de mi parte para lograr mi independencia,aunque creo que si confíase plenamente en Él,bastaría con decirle que se haga su voluntad.