Al principio de la enfermedad me centraba constantemente en todo lo que había perdido:mi trabajo,mi memoria,la movilidad en la parte izquierda de mi cuerpo…mi independencia.Ya ha pasado mucho tiempo desde que sufrí el ACV y las secuelas no han desaparecido,pero he aprendido a vivir con ellas y a sacar fruto de mis circunstancias:he ganado más confianza en mi misma,estoy aprendiendo a vivir el presente disfrutando de cada segundo,valorando esta nueva vida olvidándome de lo perdido y dándole gracias a Dios cada día por lo ganado.