Tenemos toda una vida para decidir cómo la queremos vivir. Aunque creamos que siempre va a haber otra oportunidad , no nos engañemos pues si malgastamos las ocasiones que se nos presentan las perderemos y las aprovecharán otros. Yo estoy viviendo una segunda vida y no desperdiciaré esta oportunidad que Dios me ha dado de nuevo para aprovechar lo que me perdí en la primera.