Me gustaría ser más paciente y esperar con tranquilidad en aquellos momentos que necesito la ayuda de mis cuidadores , pero es que en mi cabeza todo se mueve a un ritmo mucho más acelerado que mi pobre cuerpo deteriorado y tengo que hacer un esfuerzo para ser consciente de ello y relajarme hasta que ellos estén a mi disposición, y creo que lo estoy consiguiendo , pero reconozco que me cuesta un montón. Cuando tengo prisa acudo a Jesús que me recuerda que deje de pensar tanto en mi y más en los demás , lo que me calma y me da paz cuando me invaden las prisas.