Si mi fe fuese grande movería montañas, movería mis dedos y mi rodilla izquierda pero como no es así me toca trabajar , y muy duro , por eso cada día me levanto con el deseo de tener energía abundante para seguir alcanzando mis metas y esto siempre se lo pido a Dios cada mañana porque aunque mi fe no es tan grande como yo quisiera sé que me escucha cuando le pregunto qué puedo hacer además de creer.
Soy dependiente... 