En los momentos duros en los que mis nervios me juegan malas pasadas , en los que mis pensamientos solamente se instalan en mi dolor , hay algo que me alivia : pensar en los que sufren más que yo. En mayor o menor medida sé que hay muchos hermanos que lo están pasando mucho peor que yo y cuando pienso en su dolor y rezo a Dios por ellos siento de inmediato un alivio. Os aseguro que siempre funciona , mi cruz pesa menos cuando pienso así y mi atención se centra en todo lo bueno que hay en mi vida porque por unos instantes me olvidé de mí.