Todos hemos experimentado la alegría que se siente cuando alguien cercano recibe una buena noticia,de que manera gozamos con la buena nueva del otro ,lo vivimos como propio.Cuando ocurre esto todo va bien ,no hay envidia,no hay competencia,sólo hay alegría por el otro,con el otro.Si al contrario, este sentimiento no surge dentro de ti y es sustituído por la envidia,repasa tu vida,algo puede ir mal y compártelo con quien te quiera escuchar y si no encuentras a nadie compártelo con Dios que Él sabe mejor que tú lo que te ocurre y de algún modo lo arreglará y entonces te aseguro que sí podrás compartir la alegría ajena.