Durante bastantes años mi economía fue bastante precaria.Tenía lo justo para pagar mis facturas ,podía comer, ,desayunar y cenar todos los días,tenía ropa suficiente para no pasar frío etc.. pero sí es verdad que me costaba llegar a fin de mes.No os voy a engañar diciendo que no lo pasé mal,pero siempre fui consciente de que a mi alrededor había pobres de verdad,pues yo al fin y al cabo tenía un techo donde dormir,podía recurrir a mis padres o a mi tía María Rosa cuando tenía una urgencia.Aún así tuve que priorizar gastos, pero gracias a Dios, mes a mes fuimos saliendo adelante porque ni Alberto ni yo nos dejábamos convencer por lo que esta sociedad nos decía acerca de lo que una persona necesita para vivir dignamente.Esta claridad para saber lo que necesitaba económicamente,sé de donde viene: de la seguridad de que si no pongo en primera posición el dinero en mi vida Dios me dará la tranquilidad de saber que tengo el pan de cada día y también para pensar en los que de verdad carecen de lo necesario y poder repartir una parte de mis bienes con ellos,porque ¡cuidado! si nos aferramos al Dios dinero nunca veremos al Dios verdadero, el que me alimenta cada día y me proporciona lo que de verdad necesito.
Soy dependiente... 